Creé éste blog para diseñarlo (trabajaba de eso), y como no esperaba en realidad que nadie lo lea (hasta echaba al que llegaba de casualidad), escribía las cosas para mi.
Literalmente para mi, no como una especie de «5 pasos para tener éxito en las redes sociales», y todo eso, sino con sinceridad para mi. Para que me convenza y me guste a mi. Nunca fue el objetivo contentar a alguien más. Y si cada tanto la cabeza se me va para ese lado, me encargo de que vuelva rápido publicando alguna estupidez o una serie de Rachel Bilson que muy probablemente me interese a mi solo.
El blog despertó, llenó, o contentó algo en mi, que después llenó y contentó a alguien más. Una vez que estuvo en sintonía con las cosas que me causaban gracia, que me hacían pensar, que me hacían reflexionar, y que me gustaban, solita se fue acumulando la gente que compartía esos gustos, ese humor, ese pensamiento o ese tono de reflexión.
Hasta ahí todo normal, no tiene mucha trascendencia un blog chiquito en un rinconcito del mundo. Pero con el tiempo empecé a ver un patrón. Leyendo historias de gente que logró vivir de lo que soñaba y logró alcanzar a otros con ese sueño, encontré en varios la misma idea de fondo: No hicieron las cosas para satisfacer el gusto, el pensamiento, los tiempos, o las expectativas de otro, sino que lo hicieron siguiendo lo que ellos mismos buscaban.
Varios de los blogs que me gustan (de cualquier tipo o tono, no solo personales), empezaron con la misma idea. «Lo tenía como un espacio para mi, de reflexión, de descarga, de escribir lo que se me daba la gana», «Lo empecé para mantener a mi familia al tanto de mi vida, y con el tiempo sirvió para ir volcando las cosas que me apasionaban y compartirlas con quien le interese leerlas», «Lo empecé porque me apasiona hablar de x tema y con el tiempo se hizo un gran grupo de fans de x alrededor».
Hace poco veía el caso de Kepa Acero, que usaba esa misma frase literal en uno de sus videos. Hoy veía el blog de Agustina Guerrero, una argentina que dibuja desde Barcelona y en una entrevista para una revista decía eso mismo. Los dos trabajan de lo que les gusta y viven de sus sueños. Y los dos empezaron «para mi».
Y pongo esos casos puntuales (y de blogs) como ejemplo, pero creo que es algo que se puede trasladar a otras áreas de la vida.
Cuando uno tiene una pasión, siente un propósito, el corazón apunta para un lado. Si logras que tu sueño apunte sinceramente para el mismo lado que tu corazón, es mucho más fácil. El mundo tiene 7000 millones de personas. Con conseguir un pequeño grupo significativo de todas esas que sientan lo mismo, vean lo mismo, o se identifiquen con uno o con ese sueño y lo apoyen, casi cualquier sueño se puede cumplir. En internet y en la «vida real».
Y en momentos en los que los diarios, la tele, los blogs, los periodistas, los escritores, o las personas en general viven del «rating», de darle al otro lo que quiere para que me siga mirando, me siga dando bola, me siga leyendo o escuchando, creo que los sueños se cumplen justo del modo inverso.
No hablo de una idea egoísta de querer solo satisfacerse a uno mismo, ni de una idea autoritaria en la que sólo valga tu propia manera de pensar. No. Pero digo: Por algo te apasiona lo que te apasiona. Y esa pasión es el mejor motor de cualquier sueño cumplido.
Se puede ir a lo seguro, trabajar de lo que da plata, hacer «lo que hay que hacer a tu edad», o se puede ir por el camino de los sueños. Si tenés un sueño, una pasión, algo que sentís como un propósito, puede que sea por algo. Y puede que ese mismo sueño, esa misma mirada, o ese mismo objetivo propio, satisfaga primero tus necesidades y pasiones, y después (y a partir de eso) las de muchos más. 🙂
Amen.
Uno tiene que hacer lo que lo hace feliz para hacer feliz al resto y para sumar algo en el mundo. Al menos pienso eso.
Suelo comentar que preferiría trabajar en algo que me de poca plata pero que ame, antes que en algo que me haga millonaria, pero también infeliz. Y siempre hay alguno que me dice que no entiende el concepto o directamente me dice que prefiere la plata. Así, directamente jaja.
Lo malo es que no siempre es fácil hacer lo que te gusta. Hay muchas variables que inciden.
A vos te admiro por poder hacerlo.
Me olvidé de decir que me gustó leer el primer post del blog jaja.
Es re loco como se nota el cambio. Para mejor eh!
O sea, el blog siempre mantuvo esa cosa que lo hace Q! y vos no te vendiste al caretaje (???), pero pasando desde hace tanto tiempo y seguido, uno no se da cuenta de la evolución.
Es como cuando ves todos los días a tu hermanito, y viene otro que hace mucho que no lo ve y te pregunta desde cuando mide dos metros, y no sabes, porque el cambio pasó adelante tuyo y no te diste cuenta.
Bue, nada que ver. Me voy a hacer patria.
Me encató Milton!! 🙂
Y sí, es así. Mi blog también lo arranqué con el propósito «para mí» y después fue llegando a otros.. y es increíble lo que uno genera cuando vuelca en una hoja virtual sus pensamientos, ideas o sentimientos. Es impensable lo que uno puede despertar en los demás.
Pronto te voy a escribir para contarte un proyecto que va de la mano con lo que decís en tu post: los sueños y el tirarse a la pileta por ellos.
Un beso!!
jajaja Agos, me mató la comparación con el hermanito! 😛 Es bueno que se note el crecimiento positivamente! 🙂
Creo que casi nunca es fácil hacer lo que te gusta y encima cobrar plata por eso, pero siempre vale la pena el esfuerzo! Así que ánimo, mi querida! 😛
Jime, espero el mail entonces! 😉
Beso grande para las dos!
Excelente como siempre en tu manera de expresar los sentimientos.
La buena onda que irradia es motivadora. ¡Gracias por compartir!
(tus posteos son mejores que cualquier libro de autoayuda).
Guau! Muchísimas gracias por eso, Luis!
Me alegraste el día! 😛