Esa frase, que según dijeron es de Sun Tzu en «El arte de la guerra», cerró uno de los últimos capítulos de «Person of interest» (una de mis nuevas series favoritas, y actualmente la que con más ganas espero que salga). Y me dejó pensando.
Así que googleé la definición de oportunidad, y dice (entre otras cosas): «Circunstancia favorable o que se da en un momento adecuado u oportuno para hacer algo», «Momento o circunstancia adecuada para realizar o conseguir algo», y «La coyuntura y la conveniencia entre tiempo y lugar».
Y me dio la sensación de que sobrevaloramos la idea de la oportunidad. O al menos que dependemos bastante de una oportunidad, de un momento en el que todo encaja y «los astros se alinean», para alcanzar las cosas que perseguimos.
Y es que ya lo dijimos varias veces: ¡El momento es ahora!. Lo que hay que empezar, hay que empezarlo ahora. Empezar a moverse, a hacer, a cumplir, a caminar. Si de bebés hubiéramos esperado que llegue «la oportunidad de caminar» nos hubiésemos pasado toda la vida gateando. Pero cuando somos bebés tenemos menos miedos, menos frenos, menos excusas. Entonces nos mandamos y de alguna manera u otra nos termina saliendo.
Sí, hay veces que nos caen del cielo oportunidades increíbles. Hay veces que sin que ni siquiera hayamos movido un pelo, las cosas nos salen solas. 1 de cada 100 veces, con todo el viento a favor. Y esas oportunidades no suelen venir con carteles grandes, luces brillantes, y cosas que saltan por todos lados, como los carteles de «¡ERES EL VISITANTE NUMERO 1 MILLÓN!». Suelen pasar calladas, tranquilas, para que las agarre el que esté atento.
Y así y todo, hay pocas de esas. Haciendo un par de cuentas, con estadísticas y probabilidades, no pareciera conveniente pasarse la vida esperando esa oportunidad para hacer algo útil. Conviene arrancar con lo que hay, y si con suerte nos cruzamos alguna oportunidad en el camino, la aprovechamos y la multiplicamos. 😀