Stop talking, Start doing

Pasamos más tiempo defendiendo ideas, conceptos, creencias, o hasta reputaciones que llevandolas a cabo. Pasamos más tiempo hablando que haciendo. Más tiempo dando explicaciones para que no nos malinterpreten que haciendo esas cosas que se podrían malinterpretar.

Y ojo, me gusta mucho discutir (entendiendo «discutir» no como «pelear», sino como «intercambiar ideas«), me gusta hablar, me gusta interactuar. Pero en el momento en que gasto más tiempo discutiendo cosas que haciendo, planeando, o ejecutando, veo cómo se alejan los objetivos y el camino se hace más lento y molesto.

Porque hay gente que vive en esa parte. En la parte de hacer cosas por inercia, las mínimas indispensables, y el resto del tiempo dedicarse a hablar. De otros, de lo mal que hacen, de las cosas, de la vida. A veces bien, a veces mal, como convenga. Pero solo hablar. Entonces ponerse a hablar de más, muchas veces es caer en ese juego (que encima ésta gente domina por práctica).

Y como ellos no apuntan a ningún lado, no van a llegar a ningún lado. Y como nosotros entrando en ese juego perdemos el rumbo que nos llevaba a nuestros objetivos, tampoco vamos a llegar a ningún lado… Entonces perdemos todos. Y en el camino perdimos tiempo, perdimos fuerzas, perdimos ganas, perdimos ánimo, perdimos la visión del objetivo que teníamos… perdimos.

Entonces la propuesta no es encerrarse en una especie de autismo activo. No es alejarse del mundo, ni nada raro. Mi auto-propuesta es preocuparme menos por lo que se dice, gastar menos defendiendo posturas, ideas, creencias, reputaciones, conceptos, e invertir más haciendo esas cosas realidad.

Me explico: Si creés en Dios, no me hables todo el tiempo de Dios, mostrame a Dios en tus acciones. Si creés en el amor, no me hables todo el tiempo del amor, mostrameló en tu manera de relacionarte con el mundo (con el que te cae bien, con el que no, con el rico, con el pobre, el bueno, el malo…). Si creés en la gravedad, no necesito que me hablés de física, de aceleraciones, y de interacciones fundamentales. Basta con que dejes que algo «se caiga de maduro» justamente. 😛

Está buenísimo comunicar, a mi me encanta (por eso tengo un blog), y es MUY necesario. Pero cada tanto hay un momento en que las palabras sobran para todos lados, en el que estamos hablando demasiado, defendiendo reputaciones, esquemas, estructuras… cuando tendríamos que hacer. Dejar de hablar y empezar a hacer. Calladitos, humildes, sin «levantar mucho la perdiz», como diría mi abuela. Pero sin dejarse frenar por la gilada. 🙂

Stop talking start doing