Siempre me hizo ruido en la cabeza aquella campaña del Banco Francés que nos preguntaba «¿Querés vivir la vida hoy?» y remataba con un slógan rotundo: «Adelante«.

Porque me hace pensar en cuando ya no haya tiempo, ganas, fuerzas, plata, o vida para vivir la vida que sueño vivir. No por pesimista, sino por una cuestión de lógica: si siempre me faltan 5 para el peso, o me pongo a trabajar por esos 5, o me conformo con los 95 restantes.

Porque a veces estamos como esperando que las cosas pasen. Vamos a vivir como soñamos, pero cuando seamos millonarios. Vamos a vivir la vida a pleno y ser del todo felices cuando se den las cosas. Cuando seamos más grandes, cuando consigamos pareja, estabilidad, tiempo, cuando…

Creo que nunca llega el tiempo perfecto. De hecho, dejame decirte (y te lo dice un tipo optimista) que hay una chance bastante alta y considerable de que nunca seas millonario, famoso, y actor de Hollywood… Más del 95% de los seres humanos no lo somos.

Y seguramente el 95% de ese 5% que sí lo es, no logró serlo esperando a que las cosas pasen algún día. Simplemente empezaron. Soñaron, sí, pero empezaron.

No digo que no puedas. Creo que podés ser todo lo que soñás ser. Pero si te quedás en la parte de soñar, algo me dice que te va a tomar bastante tiempo conseguirlo.

Porque no hablo de dejar de soñar, sino de empezar a corresponder a ese sueño. Que no sea, justamente, un «sueño no correspondido». Empezar a actuar conscientemente con ese sueño como objetivo. Seguir soñando, pero empezar a hacer realidad ese sueño.

Porque si pensás en cómo estabas hace un mes (o 6 meses, o un año) y cómo estás hoy, y te preguntás qué cambió con respecto a tus sueños, probablemente no haya cambiado nada.

Entonces hablo de empezar hoy a vivir como soñás. Arrancar con lo que tenés. Avanzar con respecto a ese sueño, moverte. Empezar a ser lo que podés de la persona que querés ser algún día. Porque las cosas no van a cambiar con plata de la noche a la mañana.

La mayoría de las diferencias entre la persona que soy y la persona que sueño ser, son de mentalidad y actitud. De pasión y acción… no de cantidad de plata. Si me falta todo lo anterior, la plata sería un tema secundario…

Entonces se me ocurre ver cómo es la persona que sueño ser. Qué mentalidad tiene, qué objetivos, qué actividades, qué tiempos, que actitudes. Pienso qué hace o hasta cómo se viste, si querés. Y empiezo a tener (o ser) eso yo.

Saco cosas de películas, libros, blogs, o de modelos de vida (a quién quiero parecerme y a quién no), y las pongo sobre la mesa. Con eso voy construyendo la persona que sueño ser, la miro con atención, y la copio. Me fijo cómo tengo que actuar, qué tengo que aprender o cambiar, cómo achicar diferencias entre lo que soy y lo que sueño ser.

Además, viendolo tan real, me aseguro de no estar soñando cosas irrealizables, o cosas que no valen la pena. Veo que el objetivo no es la plata, sino ser una persona que vive realmente la vida que sueña. Ninguna de las dos cosas implica la otra.

Entonces teniendo claro lo que sueño para mi, me pongo a moverme para conseguirlo de una bendita vez. Y ya que me pongo yo, te motivo a que hagas lo mismo.

¿Querés vivir la vida hoy? Adelante. 🙂