Es tan simple como eso. No te gastes explicandole a nadie cómo vas a cambiar tu vida, cuánto, a partir de cuando, ni siquiera el efecto positivo que eso va a tener en sus vidas. Empezá, hacé, y mostrá los resultados. Son más fáciles de contar, más creíbles, y más útiles para todos.
Salvo que tu comienzo, tu accionar, dependa de que otro primero te crea (por ejemplo, presentando el plan de negocios de tu super idea), no necesitás inversores para empezar. No necesitás aburrir a nadie hablando de planes, es mejor alegrar con cambios ya hechos que ilusionar con cambios «a hacerse en algún momento» (y que puede que nunca se concreten).
Al mismo tiempo, depender de la aprobación de otro para empezar a vivir tus sueños, a cumplir tus responsabilidades, o a llevar a cabo tu vida, no suele ser un muy buen tablero sobre el que moverse (de nuevo, exceptuando esas pequeñísimas situaciones en las que la confianza y la inversión del otro son 100% necesarias desde el vamos).
Ya lo pensamos con el asunto de los «Habladores vs. Hacedores«: No te llenés la boca vendiendo humo. Hacé. Es la mejor y más contundente prueba de que realmente cambiaste. 😀
Yo vi la imagen en el blog Things We Forget.
TUS ACCIONES EXPRESAN TUS PRIORIDADES. GANDHI .-
Siempre sigo ese blog Milton, hace unos tres años y me encanta. Desde hace un tiempo el tuyo tambien. No comento mucho porque te leo desde el telefono vía RSS y la pereza de ir al navegador traer la pobreza.
Mar, gran frase esa también! Y bien aplicada! 😉
Es un placer que leas el blog, y entiendo lo de la pereza! Igualmente, siempre que tengas ganas, es buenísimo también recibir ese tipo de comentarios! 😉
Saludos!