Ese que hace truquitos en el skate mientras habla de Dios es Zoltán Lendval, un sacerdote católico de 45 años que predica en Rédics, Hungría. Armó revuelo en YouTube porque cree que el skate puede acercar a los jóvenes a Dios, así que lo usa como una herramienta.

Viendo éste video en Listao y el post Digital Church (en inglés) de Chris Brogan (blogger groso), veo que cuesta muy poco sorprender por «ponerle onda a la iglesia». Y creo que eso es porque la imagen que le llega a la gente de «la iglesia» (en general, como un gran masacote de distintas religiones incluso) es la de viejitos pelados, aburridos, santos, y de mármolo de Flanders.

A veces tanta estructura apaga a las personas, y siguiendo esa inercia terminamos mostrando a un Dios bastante pedorro. Y lo noto porque muchas veces yo tampoco creería en el Dios que se predica en algunas iglesias (que creen lo mismo que yo).

Así que lo banco al tipo por hacer ALGO diferente. Por buscar adaptar el medio (y no el mensaje) a la gente que lo escucha. Yo soy evangélico y voy a una iglesia en donde son bastante más comunes éste tipo de cosas, pero imagino que para el ambiente en el que se mueve debe ser una revolución. Y está buenísimo que tenga las bolas para llevarla a cabo. 😛

Otras opciones con onda: Christian Skaters

Christian Skaters

De paso estaría bueno que Zoltán sepa que así como existe Christian Surfers (y su versión Argentina), hay una organización internacional llamada Christian Skaters. Son evangélicos, no católicos, ¡pero vamos, que el Dios es el mismo!. 😛

Son skaters «comunes» (ninguno tiene pinta Flanders, y lo más probable es que ninguno sea «pastor»), gente que disfruta del skate, que cree en Dios, y que tiene la idea de compartir a Dios por medio de la «cultura skate». Y hacen reuniones con onda, Skate Missions, y toda la cosa.

Lo que me gusta de éste tipo de gente (y veo positivo para el que cree y para el que no) es que uno puede compartir la manera de creer y vivir o no, pero por lo menos así lo que lo aleja de Dios no es una estructura soporífera y aburrida, sino la decisión personal de no creer en él.

Eso me parece glorioso. Son grupos con buen ambiente, de gente copada unida por algo divertido, donde podés conocer al Dios que te presentan (aunque sea por curiosidad) sin que sea el momento más aburrido y pedorro de tu vida. Lo cual, como lo del amigo Zoltán skateando, es un avance. 😛