En éstos últimos días me enteré de dos casos de creatividad espectaculares. Admiro muchísimo al que no deja que los problemas lo tapen, que no se queda tirado quejándose mientras la vida lo pasa por arriba. Admiro muchísimo al que, en lugar de hacer eso, usa la cabeza para buscarse una salida, sea la situación que sea.

Ese es el caso por un lado del «Apple Boy» (nada que ver con la marca de computadoras). Se llama Hipólito Gimenez Blanco, tiene 22 años, trabaja en Marketing, y es argentino. Viajó a Nueva Zelanda para «buscar un nuevo horizonte laboral», y… el resto lo cuenta él mismo en su sitio web (en inglés).

El otro caso es el de un grupo de creativos publicitarios a los que llamaron para trabajar en «El Cielo», una nueva agencia de Ramiro Agulla. Renunciaron a sus trabajos anteriores, y justo cuando iban a arrancar… otra vez: eso lo cuentan ellos en su blog, que se llama «No nos cagó cualquier boludo«.

Me parecen dos ideas MUY creativas. Dos maneras de mostrarse, haciendo lo que saben y con lo que tienen. No se quedaron de brazos cruzados, no se hundieron en lamentos, ni siquiera teniendo razones para lamentarse. No se quedaron en papel de víctimas, como hacen algunos que después de 20 años todavía dirían que «no llegaron a nada por culpa de…».

«Con lo puesto», con ideas, y pensando muchísimo, salieron adelante. Teniendo claro lo que quieren para su vida (como decíamos el otro día), y poniendose al mando de la cuestión.

Espectaculares las dos.