No me puse a medir estadísticas ni consultar libros de récords, pero me puedo imaginar que ésta es la máquina de Rube Goldberg más grande del mundo, y también la más limada. Supera incluso (al menos en grandeza y despliegue) al espectacular videoclip del tema «This too shall pass» de Ok Go, a la máquina musical de Coca-Cola, o a aquella super romántica creada para el Día de los Enamorados.
Supera varios límites. Y habla de creatividad, de mucho despliegue y tiempo libre, un poco de locura, y un poco de lo banana que parece ser Jason Paul, el alemán protagonista.
Después podemos hablar también de la cantidad de veces que puede haber fallado, y con ellas la cantidad de veces de querer matar a todos que deben haber tenido los protagonistas. Pero eso al margen. Acá va el video:
Yo lo vi en The San Francisco Egotist.
wow, como mola 🙂