Puede que la frase de la imagen (y más combinada con esa imagen) suene un poquito fuerte, o hasta para alguno pueda tocarle alguna fibra sensible. Pero tengo un punto.
Y va un poco relacionado con éste video que me crucé hoy por internet (que no es nada del otro mundo, pero me hizo pensar). La idea es: un tipo que está remando con su kayak por el océano, con el pequeño detalle de que lo hace entre ballenas azules. Mirá:
Y poco tiene que ver con todo, pero la verdad que una de las cosas que se me vino a la cabeza en medio del video (y me pasó también con algunas películas o series que suelo ver) fue el preguntarme «¿Por qué no soy yo el que está viviendo eso? ¿Por qué no me está pasando a mi?«.
Quiero decir: Tengo claro que le pasa a él porque él está ahí, y yo estoy en un segundo piso en Buenos Aires, donde ese color de agua se ve solo en las canillas o en los dispensers de agua. Pero, justamente, si me despierta tanto calor adentro, tanta pasión, tantas ganas, tanta adrenalina ver éste tipo de videos, o de gente viajando, recorriendo, leer relatos de gente que cuenta sus recorridos, y demás… ¿Por qué ellos están ahí, y yo acá? ¿Qué es lo que hay que cambiar para estar del otro lado?.
Y después de pensarlo un rato mi respuesta a mi mismo fue que muchas veces REACCIONAMOS a la agenda, en vez de CREAR la agenda que queremos. Acomodamos nuestros tiempos a las rutinas y las tareas «que nos tocan» en lugar de crear una agenda propia, poniendo los tiempos donde queremos, invirtiendo en las cosas que nos suman, que nos hacen bien, que construyen, viviendo las experiencias que queremos vivir, y demás.
Somos empleados en el trabajo de armar nuestra propia vida. No somos jefes. Somos actores (ni siquiera protagonistas, a veces hasta extras) de nuestra propia vida, y no directores. No actuamos. Respondemos, reaccionamos, nos acostumbramos, en vez de marcar nosotros los momentos, las reglas, las bases, o las ideas.
Y sí, a veces nos tocan cosas inesperadas, que no dependen de nosotros, que no podíamos hacer nada por cambiar. Y en esos momentos hay que responder, hay que reaccionar, hay que acomodarse. Pero una cosa es que reaccionar sea la excepción, y otra que sea la regla. Que vivamos reaccionando, en vez de accionando.
Porque «reaccionar» nos hace depender mucho del afuera. De lo que otros piensan, de lo que otros sueñan, de lo que otros tienen como objetivo, de las modas de los demás, o hasta de sus limitaciones. De sus aciertos y sus errores. Reaccionando dependemos del plan de vida de otros. En cambio cuando accionamos dependemos de nosotros.
Al margen de lo que piense mi familia, mis amigos, o gran parte de la sociedad sobre mi trabajo, ese es mi trabajo. Es el que elegí yo, el que a mi me apasiona. Al margen de lo que piensen de la ropa que voy a usar, es la ropa que a mi me gusta, me sienta cómoda. Al margen de lo que piensen de mis creencias, son las que creo a partir de mis vivencias, de mis experiencias (todo respetando a los demás, claro… cambia la cosa cuando mato un vecino para mostrarle un punto a mi dios, o cuando mato animales para ponerme el tapadito ese que me queda divino…).
Y entiendo que gran parte de que mi vida no esté exactamente en el lugar que yo quería (o que sí lo esté) se debe a ésto de la acción y la reacción: Si viví reaccionando, viví respondiendo a estímulos de otros. Y voy a llegar hasta donde me lleva la corriente, hasta donde otros deciden. Si en cambio viví accionando, son mis propios estímulos, son mis propios pensamientos, puestos en acción, los que me llevaron hasta donde estoy.
Los imitadores reaccionan a las acciones de los creadores. Los mediocres reaccionan a las movidas de los «accionadores», de los que se mueven, de los que innovan, de los que toman la posta. Reaccionan envidiando, comentando, deseando, observando. La ven pasar. Responden en función de lo que los accionadores pusieron en la mesa.
Siendo empleado de mi empresa, no voy a ser yo el que decide a dónde ir. Va a ser el CEO de mi vida. Siendo «accionador» soy yo el que define el norte. Soy yo el que corta con lo que me hace mal, el que define qué cosas se hacen y cuáles no, a dónde quiero llegar, y qué caminos quiero tomar para eso.
Y yo sé que con éstos posts camino siempre en el borde del claudiomariadominguecismo (y ni hablar poniendole nombre a los «accionadores»), pero estoy diciendo algo básico y lógico: Si quiero vivir la vida como los demás, está bien reaccionar. Si quiero cumplir MIS expectativas, mis sueños y objetivos, tengo que tomar MIS propias acciones. Y eso: ACCIONAR. Y punto. 🙂
Excelente. Buen Post. Demostrado el punto con sentido común.
Debo decir que de alguna manera estás hablando siempre en singular. Hay veces que esas acciones deben ser de planeadas y llevadas a cabo de a 2 (o más). Tarea mucho más complicada dado que hay que balancear los objetivos grupales, con los objetivos individuales de cada integrante, y llegar a un acuerdo.
Genial la onda de tu blog, lo leo hace un tiempo pero nunca había comentado.
Abrazo!
Muchas gracias! Por leer, por comentar, y por la buena onda del comentario! 🙂
Mi actualidad ahora es de a uno, sin novia ni siquiera! 😛 Así que lo voy planeando así… igualmente creo que el cambio empieza por uno, incluso estando en pareja… Tiene ventajas y complicaciones cada situación (la de estar solo y estar acompañado, llevarlo solo o llevarlo de a 2 o más), pero la esencia es la misma, no? 🙂
Muchas gracias de nuevo por la buena onda!
Abrazo grande!
Sos tan groso cuando te pones a reflexionar Milton!! La verdad que se pone muy dificil cuando tenes que hacer cosas que no te gustan, para alcanzar metas u objetivos que decis: «la pucha, tengo que alcanzar esto». Todo el tiempo que te lleva alcanzar ese objetivo, todo el trayecto, se te hace muy dificil. Ahora, cuando lo alcanze, cuando mi objetivo este cumplido, tengo que ser «Director» como decis, y saber como aprovecharlo, como disfrutarlo y como invertirlo para alcanzar otros proyectos. Es un tema muy complejo, porque uno termina siendo una máquina de cumplir objetivos para lograr la meta principal, ser feliz.
Lo único que tengo claro, que en los recreos de mi lucha (?) por alcanzar objetivos, entro en el blog para leer tu blog. La verdad, un gran descubrimiento 😛 .
Saludos, y mucha mierda con todos tus proyectos!
Tuve que buscar Claudio Maria Dominguez para saber a q te referías! 😛
Varias cosas: la foto es matadora, el video supera lo genial!!! Me quiero ir a Puerto Madryn ya!
Con el resto: me pasa lo mismo en varios y diversos sentidos. Me lleno de información pero no la genero yo. Veo como los demás hacen, producen, buscan. Y yo lo veo todo, pero que aporto?! nada?!
Una vez me dijeron (y después lo leí en el libro respectivo) que en la vida podemos ser como el árbitro (todo lo dirige, acota, juzga), espectadores (ven como le pasa la vida a otros) o jugadores (son actores activos de su propia vida).
Un aporte personal: no creo q hayas vivido reaccionando, amas lo que haces, y lo haces convencido. A eso se llega, como decís vos, accionando. Siempre hay cosas q uno quiere, pero todavía no tiene o no logró, pero ESTA BIEN! Porq así tiene q ser, para seguir moviéndonos, tenemos que desear algo y trabajar para lograrlo. Distinto sería si me dijeras q tenes el triple de tu edad y te quedaste con una montaña de cosas x hacer! (y hay cosas q solo se hacen de joven!).
Bueno, no se si aporte algo, pero a mi me dejaste pensando!
Besos!
🙂
Adoro éstos posts motivadores tuyos… Gracias por compartirlo 🙂
Muy bien expresado !!
Carpe diem.
Pablo
y al final…. te vas a viajar por el mundo de una vez, o no ?!!!
😉
Excelente post!! 1 imagen vale mas que 1000 palabras, pero a mí me sale una sola: envidia!!!
me gustó. gracias
Es viejo este post pero te lo comento igual porque me identifica actualmente. A veces hay que fijarse cual es la prioridad de uno y seguir aunque al resto le moleste. Si uno no vive lo que quiere es para que en un futuro termines pensando que pasaría si hubiese hecho lo que quería (obvio nada que perjudique otro). Por ejemplo para mi no es prioridad recibirme en la universidad pero si recibirme algún día. En el medio se que quiero vivir momentos que en un futuro no voy a poder hacer. A mi novio le molesta porque el sí tiene como prioridad recibirse. Pero yo ya se que si bien es algo que quiero no es algo que realmente me muera por tener ya. Se que lo haría con menos ganas porque me estaría perdiendo un montón de momentos que si el día de mañana me caso y tengo hijos no los voy a vivir. Hay que aprender a ver que es lo que a uno le hace bien.