Yo defiendo la copia privada, que además está contemplada en los cánones: la gente que copia para uso personal o para compartir con alguien cercano, con un amigo. Es difícil separarla del peer to peer, del hecho de compartir archivos.
Lo que critico abiertamente es la piratería institucional, es decir, cuando ya hay una organización encargada de copiar discos y venderlos. Eso es robo, directamente.
Defiendo la investigación; yo investigo mucho por internet. Aunque después compro los discos, porque me gustan como objetos.

Ésto lo dijo Jorge Drexler hace un tiempo ya. Yo mismo lo incluía en una lista que salió a la luz de artistas que estaban «a favor de la copia privada».

A mi me pasa que de alguna manera «me tranquiliza» cuando gente que yo considero inteligente piensa de la misma manera que yo. Así haya mucha gente en contra de ese pensamiento, o así haya gente «importante» en contra de ese pensamiento.

Y más me alegra cuando después de yo mismo sacar una conclusión, leo en algún lado que una de esas personas que considero inteligentes la comparten.

Jorge Drexler ya dije que es una de esas personas que admiro por su intención de pensar y reflexionar (no por la capacidad, que creo que la tenemos todos, sino por el hecho de llevar a cabo esa capacidad). El tipo hace algo simple, que no es común hoy por hoy: se sienta a pensar las cosas que dice, que hace, que canta.

Ojo, eso no quiere decir que piense igual que toda la gente que considero inteligente. Seguramente no compartiré algunas cosas, pero así y todo seguiría admirando el hecho de que hayan reflexionado en esas cosas. Que se hayan sentado a pensar en serio y no se pongan a pelearse sobre cosas que poco pensaron o investigaron (como lamentablemente está pasando mucho hoy con los argentinos con todo el tema del Gobierno, el Campo, la inflación, la soja, las retenciones y demás).

De alguna manera se tendría que poner «de moda» el hecho de pensar las cosas. Ahí nos salvamos todos. Porque encima los «rebeldes» que trataran de tirar abajo la moda, para ir contra la misma, no pensarían. Por ende serían algo así como ignorantes. Entonces, insisto, no salvaríamos todos.

Nada más nos falta pensar.