Una preparación mental de varios días previos. Un mentor tratando de convencerme de que no es tan grave como mi cerebro piensa. Yo mismo diciendome que durante años caí en la trampa de que era más grave de lo que en realidad es, pero que nada más son algunos pinchazos aislados durante no más de 45 minutos.
Un día de la madre y un regalo que el dinero no puede comprar. Como un sacrificio vivo del amor más grande, a lo Jesús agarré mi cruz y el tercer domingo del octubre pasado le dije a mi progenitora «Madre, pidamos turno que vuelvo al dentista. Y ese va a ser mi regalo«.
Tendría que haber ahorrado para un lavavajillas.
Pero no, el señorito la juega de regalo simbólico. Así que a causa de mi madre (y de una pequeña promesa del más puro amor) hace ya dos martes y después de un año de no ir, volví al dentista. Porque el amor es más fuerte.
Sí, más fuerte que te roben el corazón y te maten a tiros en Morón somos todos. La verdadera prueba para el amor era que sea más fuerte que el dentista.
Así que me preparé una imagen motivacional (sí, sí, todo ésto para ir al dentista). Una imágen que despierte en mí el amor, la pasión y el famoso ojo del tigre. La mirada desafiante con la que uno se come al mundo por algo que realmente lo motiva. Y ahora es entre ella y yo.
Alistandome cual vaca que sabe que va al matadero (aunque a ellas por lo menos las matan y se acabó… acá hay que volver a la otra semana), me puse la camiseta de Racing, una campera finita con capucha, los auriculares y «Eye of the tiger» (alias: la de Rocky). Todas esas cosas que a uno por separado le llenan el pecho de coraje.
Porque con ese tema uno se sube al bondi siendo Francella en Extermineitors 2, pero sintiéndose Schwarzenegger en Terminator (antes de ser gobernador de California, Fisicoculturista, y todas esas cosas… sí, convengamos que tuvo muchos baches extraños en su vida el tipo). Casi que le sale decir «¡Traigan dentistas que bolas sobran!«.
Y sí, todos sabemos que más que Schwarzenegger, el sólo hecho de tenerle rechazo al dentista lo pone a uno más en una posición de Francella en Extermineitors 2, pero el engaño de la canción de Rocky es suficiente como para subirse al bondi, recordar todo aquello que lo motiva, y sentir que ya es demasiado tarde para arrepentirse. Así que cumple su cometido.
Y hoy, siendo un nuevo martes en el calendario gregoriano, toca volver.
Toca volver a sentarse en un sillón y entregar la propia inocencia a un maldito torno ruidoso que tantas sonrisas me ha sacado (literalmente, me las sacó, y en su lugar puso caras de ira o de terror). Toca volver a enfrentar a los más profundos terrores de toda la vida, encarnados en una simpática señorita rubia con barbijo que me dice «dale que no es nada».
Toca volver, y efectivamente es lo que haremos. Motivados por amor (como lo haría Jesús) y con el ojo del tigre (como lo haría Rocky).
¡Al ataque mis valientes!.
Al margen: junto con mi imagen motivacional ya está el wallpaper de «What would Rocky do?» de arriba. Si alguno lo quiere se puede bajar desde acá.
La última vez que fuí a visitar a mi odontóloga me hizo el arreglo y me dijo que si se me llegaba a salir me tenía que hacer un conducto. Desde entonces vivo con un temor constante y le rezo al diente para que nunca se salga la pasta (o whatever le haya puesto la mina).
Cuando vuelva a ir voy a necesitar una versión femenina de tu canción motivacional porque la verdad es que Rocky no me mueve un pelo.
buenisimo, que la fuerza te acompañe en cada martes.
Ahora pecas: te recomiendo «I will survive de gloria Gaynor»
FUERZA MILTON VOS PODES!!!!! ESTAMOS TODOS CON VOS!!!!!!!
Debe hacer unos 17 años que no voy a un dentista… y hasta que no se me caigan TODOS los dientes (todos) no veo por que cortar la racha…
Saludos
me gusta tu post te inspiraste!
y bola, es el dentista y ademas la tuya viaja copado escucha eso y no el ruidito del torno. relaja!!!
Me mató lo de la remera de Racing 😛
Yo siempre pensé lo mismo, si tuviese que ir a la guerra llevaría la de San Lorenzo abajo del uniforme de soldado (?)
Que puedo decir?
SOS GROSO
jjajajaja ay me encantó. Fuerza bola, es solo el dentista. Piensa como tigre, piensa como tigre. jajaja
un beso!
Una aclaración, Schwarzenegger fue campeón de culturismo antes de ser famoso como actor.
me siento totalmente identificada con vos milton..tengo terror al dentista, al maldito torno… auqnue despues de muchos cambios de dentista, este ultimo me inspira confianza aunque igual debo tomar coraje para ir… fuerza!!
bueeeeena, salio el poeta que llevas dentro!
jajaja!! Te pasas… ODIO IR AL DENTISTA! 😛
jajaja Gracias a todos por las palabras de ánimo, viejo! Sobreviví a una nueva tortura… esa es la noticia buena.
La mala es que me dio un turno para el jueves. :/
(sí… mañana).