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«Quiet Ambition»: Trabajar y que no nos rompan las pelotas

"Quiet Ambition": Trabajar y que no nos rompan las pelotas

Atrás parecen haber quedado las épocas en las que los millennials éramos la generación más vaga de la historia. La que quería dejar todo e irnos con nuestro mate, nuestro compost y nuestras havaiannas a vivir sin laburar en una cabañita frente al mar con el amor de nuestras vidas (y nuestro iPhone).

Y no solo quedaron atrás porque llegaron las crocs, el libertarismo y los chía puddings de las nuevas generaciones, sino también porque parece que nosotros mismos estamos llegando a nuevos acuerdos.

Forbes hace un tiempo parece que encontró un nuevo estadío en la negociación entre los millennials y el capitalismo. Y parece que decidieron llamarlo “Quiet Ambition, que es ni más ni menos que el sutil arte de: “Ok, si hay que trabajar pongámonos a eso, pero al menos no nos rompan las pelotas”.

Pero esto fue por pasos: Primero estaba el sueño americano, el ir a la universidad para trabajar toda tu vida y a los 70 tener un rato (con una jubilación que *casi* cubra un sueldo mínimo) para vivir hasta que te mueras mientras gran parte de la sociedad ya te desprecia.

En el medio descubrimos la inteligencia artificial, y pensamos que por ahí podría estar buena para que nos reemplace en el trabajo mientras nosotros cobramos un sueldo básico universal que nos permita cubrir nuestras necesidades y vivir la vida sin morir de hambre, sin que nos falte un hogar o buena salud. Simplemente pintando, escribiendo, haciendo canciones

Al final no. No sé qué tocamos que de alguna manera rara terminó la inteligencia artificial pintando, escribiendo y haciendo canciones en nuestro lugar, y nosotros trabajando igual que antes.

Siguiendo el hilo, hace poco (y acá estuvimos vivos) salió primero la idea del “Quiet Quitting”, que consiste básicamente en evitar todas las “extra miles implícitas” del capitalismo. Trabajar, pero hacer lo mínimo indispensable para pasar desapercibido, que no te echen y seguir cobrando. No comprometerse, no vivir para el trabajo, sino que sea el trabajo el que financie nuestra vida (!).

Pero nos tildaron de mediocres, así que le agregamos un poco de querer crecer, de aspirar a más. Un poco, justamente… de ambición. Y ahora acá estamos.

¿Cómo saber si te agarró la “Quiet Ambition”?

Según Forbes (y que la vida me lleve si miento en alguno de los puntos) para saber si estás contagiado vos también por la “Quiet Ambition”, tenés que chequear estos síntomas:

  • Querer pasar tiempo con tu familia y amigos
  • Querer tener salud física y mental, evitando lo máximo posible (entre otras cosas) el estrés
  • No querer trabajar más horas que las que te corresponden
  • No priorizar el éxito profesional como demarcador de realización personal (este directamente es un textual)
  • Querer “Vivir, la prioridad de los jóvenes” (también textual)
  • Querer viajar
  • Si no te van a permitir ninguna de las anteriores, que al menos te paguen una torta de plata

Lo mejor de todo es que al final de cada nota (en inglés y en español) haya consejos para los jefes (“no te enojes con la situación», «tratá de empatizar”) y algunas recomendaciones para “salvar a la escalera corporativa”.

Pero sí, en cuanto a nosotros: al final del día somos Homero, que en lugar de renunciar a la planta y mandar todo a la mierda, simplemente nos recordamos a nosotros mismos por qué estamos ahí.

Eso y tratar un poquito de que no nos exploten (de más). Nada del otro mundo.

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