«La preocupación es la imaginación mal usada.»
Imaginación mal usada, fuera de lugar, desperdiciada, desubicada, mal empleada, desaprovechada, mal gastada, mal invertida. Ese es el arte de pre-ocuparse.
Yo lo vi en Things we Forget.
Un oasis de buena onda en un mundo loco :) (y un blog de Milton Vieyra, desde 2006)
Imaginación mal usada, fuera de lugar, desperdiciada, desubicada, mal empleada, desaprovechada, mal gastada, mal invertida. Ese es el arte de pre-ocuparse.
Yo lo vi en Things we Forget.
Genial Milton, simplemente genial. Me viene bien a mí que me la paso el día preocupandome por todo onda Felipe y al final no logré nada. Hace poco empecé a torcer eso y de a poquito me parece que me va saliendo.
Somos dos Harry!
Gracias por estas «cositas» Milton!!
Harry, GRAN COMPARACIÓN con Felipe! 😛
A los dos: Pasa. Nos preocupamos de más. Y estamos en un mundo en el que para muchos es negocio y para otros costumbre preocuparse de más, por eso cuesta sacarselo de encima, pero se puede! Animo! jeje 🙂
Abrazo y beso para los dos (abrazo caballero, beso señorita), y buena semana! 😉
Hay una historia que siempre me cuenta mi viejo sobre un hombre que era su jefe hace muchos años. Vamos a llamarlo «Roberto» porque el nombre verdadero (más allá de que ya murió) es muuuy original, y que se yo, me da «preocupación» que con esto de internet llegue al hijo, o al nieto, o qué se yo, y se ofendan (Claro, me preocupo demasiado, esto sí que es pura imaginación desechada, estoy loca!). En fin, sigo. La historia es que cada vez que estaban yendo con mi viejo en auto a una reunión de la empresa, Roberto le decía: «Eduardo, si me dicen ….. (tal cosa)… Les voy a responder esto…» «Si me preguntan … (esto otro), les voy a responder (tal cosa)..» y si a esto me dicen …… , yo les voy a decir esto, esto, y también aquello otro». «Y si este tipo que ya me imagino que va a saltar con ese tema??? Ya se, le voy a salir con este otro…» Así durante toooodo el camino, hipotetizaba y se hacía mala sangre sobre lo que iba a pasar. Iban a la reunión. Y en el viaje de vuelta, Roberto le decía. «Bah.. al final, estos tipos no me dijeron nada!». Jajaja, el tipo vivía su vida así. A la vuelta se terminaba haciendo mala sangre porque toda la mala sangre que se había hecho a la ida, había sido al cuete.
Hoy yo y también mi papá (a pesar de que nos reímos con la historia de Roberto) somos así, siempre estamos haciendo hipótesis y preocupándonos sobre lo que va a pasar, que por ahí NUNCA PASA. Entonces en la flia usamos el «bueno, «Roberto», bueno..» cuando alguno de nosotros empieza a tejer hipótesis. Y la vez pasada cuando fui a rendir, sabiendo que el titular era un viejo re maltratador, hice la de Roberto y me armé todo lo que le iba a decir si me trataba mal, y lo que le iba a decir después de que me respondiera lo que yo le iba a decir, y…,y… en fin, el viejo terminó tratándome divino. Es más, me salvó él de otros que tenían intenciones de hacerme al espiedo.
Es así, como dice en Zonas Erróneas, un libro que está genial, lo leí cuando era chica y ahora tendría que volver a hacerlo porque mucho no lo aplico en mi vida cotidiana:
«Hay dos mecanismos recurrentes que generan sentimientos de insatisfacción profundos: la culpa y la preocupación. Hacen que escapemos del presente y nos perdamos todo lo que tenemos por vivir, aquí y ahora…
La culpa es un sentimiento de insatisfacción relacionado con algún hecho acaecido en el pasado. La preocupación implica miedo por el futuro, por lo que vendrá. Estos dos mecanismos sólo tienden a sacarnos de lo que realmente tenemos: el presente. Son “emociones inútiles”, extremos opuestos de lo mismo.
Besos!!!!
Karo, ESPECTACULAR el remate con ese muy buen párrafo! Y muy buena la historia de «Roberto» y la aplicación Familiar! En casa hacemos parecido con algunos nombres por otras cosas! 😛
Me gustó mucho esa frase! Muy buena! Gracias por compartirla! 😉