Incluso sabiendo que debe haber varios de ellos entre los lectores de éste blog, me veo obligado a decir que no entiendo a los hombres argentinos que no saben hacer asados. No entiendo qué les pasó de chicos, ni qué esperan para aprender.

No saber asado es casi como sufrir una andropausia temprana (al margen: ¡Qué bueno decirle «Pitopausia» a la andropausia! ¡Lo que enseña la Wikipedia!), y el asado es el suplemento de testosterona infaltable para suplir esa carencia, muchachos.

Y ojo, no quiero ni hablar de esa gente que prende el fuego con pastillas, alcohol, o alguna de esas huevadas. Ni pensarlo quiero. Me pondría mal.

Tampoco entiendo a las mujeres que permiten sin pesar alguna de éstas dos variedades de hombres en su lecho matrimonial. Pero eso ya será tema de ellas.

Pero bueno, todo ésto viene a que me gustó la publicidad de los Vinos Hereford con ésto de los principiantes del asado. Tiene varios detalles MUY típicos (de principio a fin, desde el festejo porque se prenda el papel hasta el «Cuando estén los chori los voy llevando» mientras la gente se come hasta los centros de mesa), y un grupo de amigos bien clásico…