Después de ver ésta primera publicidad, me quedé sin saber cuál es el producto que me vende. Al toque lo leí en el post de Briefblog donde la vi, pero si no era por eso me hubiera costado.

Me pasó casi como con la del helado Kingis, que me parecía buena pero no le entendía el remate (en ese caso por el idioma), y me hizo acordar a eso que decíamos de la de Pavofrío, que no se relaciona la publicidad con el producto…

Al ver la primera, pensé para mis adentros que tendría que crear una categoría especial para éste tipo de publicidades misteriosas. Y que «¿De qué se trata?» sería un buen nombre… Pero entonces vi la segunda. Una publicidad más vieja (y bizarra) de Vigorsol:

Extraña manera de vender chicles.

Pero minuto, que tengo más. Si la de ahora te pareció friki, tenés que ver la del 2000:

Otra con pingüínos para el 2008:

Con perros…

Y no pongo más por no aburrir. Puedo seguir, pero creo que dejé claro mi punto.

Ahora desafío al que sea a que busque en YouTube publicidades de Vigorsol. Prometo recompensa para el que encuentre sólo UNA normal. Pero ojo: no puede haber ni un componente bizarro.

Sí, un mono bailando tap es bizarro. Un auto aplastando a un ganador de lotería también. Todo un pueblo meneando al ritmo de una «cobra de anteojos» (la googleé), también. Una mujer congelando a un hombre con sus partes nobles, lo mismo. Todas, te dije.