¿Te acordás de Cumbio?. Loquísimo. Bueno, se me vino esa comparación a la cabeza y me copó ponerla. Yo sé que tiene ciertas salvedades, que conozco, pero me parece que no es tan loca (aparte jugaba con la idea del «c*lo del mundo», que también me copó).

Entre las salvedades están que Justin Bieber tiene una fama, un alcance, y unas ganancias millonarias que van bastante más allá que «nuestra» Cumbio. También está que el pibe canta. Como nena, o como vos quieras, pero canta. Está donde está (guste o no) con algo más de talento justificativo que el que mostraba Cumbio al principio.

O sea: ayer se confirmó un show de Justin Bieber en Argentina, así que hay una buena chance de que el pibe a sus 16 o como mucho 17 años toque en River. Y eso no es pavada.

Entre los (para mi varios) parecidos están el hecho de generar una fama repentina y poderosa (en un momento no se hablaba de nada más que de Cumbio… y sin pagar los dólares de Fort), y que esa fama despierte amores y odios más profundos que los de costumbre.

Yo tengo que decir que, sin saber casi nada del pibe (nunca ni siquiera escuché un tema suyo completo), me sale ponerme «de su lado». Como me salió con Cumbio. Porque le pegan demasiado y por lo que se ve, no parece merecerselo todo.

El chabón pegó un éxito millonario a los 16 años, mientras no sea mala persona y le haga daño a los demás (daño real digo, ¡no sólo cantar como no te gusta!), tiene hasta un permiso de mi parte para ser un poco (UN POCO) idiota.

Lo bardean porque va a hacer una autobiografía, o un libro de memorias, y resulta que no es ninguno de los dos. Es un libro como el de Cumbio (otra coincidencia): un fotógrafo lo siguió durante sus shows y tiene buen material, y el cuenta cómo fueron todos esos momentos.

Lo bardean porque tiene cara de y canta como nena y… ¡tiene 16 años!. ¡Hasta el Gallo Claudio hablaba como nena a los 16 seguro!. Que se yo, tampoco me lo tatúo en un brazo, y hasta me causó gracia el botellazo de arriba, pero mal no me cae el chabón. Ni lo odio ni nada de eso. 😛