Ladevi

Para explicar la situación tengo que contar que hasta hace un par de años mi mamá tenía una agencia de Turismo. Por confiar en una empleada que parecía ser buena gente (por lo menos los primeros años de trabajo) y que terminó siendo muy garca, malintencionada, sorete, y para colmo tener buen abogado, tuvo problemas y por otros temas finalmente cerró el local que tenía. 

Aprovechando la confianza que tienen en ella muchos de los clientes con los que trabajaba (es así, cuando una es mamá, la gente la quiere! :P), mi mamá siguió trabajando como monotributista y sin un local fijo, sino desde mi casa. Le va bien, consigue clientes nuevos y tiene la ventaja de ver los destinos no como una "empresa", sino como una "persona común", que por lo menos a mi como cliente me gustaría más…

Todo ésto viene a que, los señores que venden turismo (en este caso señoras) para mantenerse informados, además de (algunos) viajar cada tanto, revisar informes de internet, o intercambiar mails, se mantienen al día con revistas semanales como LADEVI (La Agencia DE VIajes), a la cual no es mi intención criticar… me parece una muy buena revista…

El asunto es que, como todo, hay un señor que la reparte. Dicho individuo no encuentra mejor día y horario en la semana para repartir la revista que un lunes entre las 2 y 3 AM (osea, domingo a la noche, lunes a la madrugada).

El muchacho viene con su camionetita, se asoma sobre la esquina (mi casa está en la esquina… tiene la puerta, un jardincito, y una reja), y revolea CON FURIA INDISCRIMINADA el objeto contundente (léase "revista") hasta que choca en la puerta de madera, provocando un estruendo que (más todavía en la calma que significa las 3 AM de un lunes) retumba por toda la casa.

Como yo soy el único despierto a esa hora generalmente, soy el único que se pega UN TREMENDO CAGAZO cada domingo a la noche. No logro acostumbrarme como para pensar "en un rato pasa el de las revistas".

A modo de ejemplo, el primer día que me pasó que vino a repartir, bajé las escaleras con un cuchillo de los grandotes de carnicero y revisé todas las puertas, ventanas, rejas, habitaciones, etc. Cuando tomo valor para salir a la calle dispuesto a todo, me encuentro con una calle pacífica y la revista envuelta en un nylon al lado de la puerta.

Todo ésto para pedirle simplemente, señor repartidor de Ladevis… me parece perfecto que salga a repartir a esa hora para no dejar sola a la familia los domingos, pero, por favor… arroje el objeto con cuidado! No es necesario que TODOS LOS DOMINGOS (como diría Copani) la revista rompa la puerta de un bombazo! Dele despacito, un toque menos de energía, por favor, así "nos beneficiamos todos!".

Desde ya muchas gracias.