Te dejaron por otr@ después de mentirte por meses. Tu jefe te hizo la vida imposible (y olvidate del franco para esa fecha). Se tildó la PC y te olvidaste de guardar o te robaron la notebook con la tesis. Una profesora te desaprobó inexplicablemente, te encerró un tachero, te rompieron el espejito, te rayaron el auto estacionado, te volcaste el café en la camisa antes de salir, se te fueron tres bondis seguidos justo el día en el que llegabas con el tiempo justo, o se te cayó el teléfono de punta y se astilló toda la pantalla. Y el arreglo sale como 3 lucas (been there).
Si alguna de esas situaciones te suena conocida o te pone un poquito nervioso al nivel de que se te empieza a notar la vena de la frente, ponete cómodo en la fila y sentite bienvenido al club. A The Break Club.
¿Qué es The Break Club?
The Break Club es una experiencia increíble en pleno Palermo Soho (Nicaragua 5144, en Buenos Aires) en la que el objetivo es que descargues todo eso que venís acumulando (por ahí sin saberlo) de aquella relación tóxica, del garca de tu jefe, de tus dramas con tus viejos, del clásico que te empató el partido de chilena en tiempo de descuento (je), de tu bendita suerte, o la vida, todo en un mismo lugar.
Te ponés un casco con protector facial, guantes y un mameluco, pasás a elegir tu arma destructora (un bate, un palo, una llave francesa, etc), y te metés en «El Cuarto de la Ira»: una habitación preparada especialmente para que rompas todo lo que encuentres a mano. Algo así (sí, señora, uno de esos soy yo).
Según lo que elijas de antemano puede haber: botellas, monitores, computadoras, televisores, plasmas, impresoras o hasta podés llevar tus propias cosas para destruir. Ponés de fondo la música que elijas (¿y qué tema pondrías? Porque Iron Maiden puede que te cebe, pero por ahí ese tema del guacho de Abel Pintos que te dedicó ella antes de irse te pone todavía en mejor clima para esto) y tenés entre 30 y 60 minutos para romper todo a gusto y piacere.
Parece un hobbie para psicópatas con claros problemas con la sociedad, pero en realidad uno no se da cuenta cuánto lo necesitaba hasta que no vive la experiencia. Es para gente común, que se la pasa cuidando las cosas y respetando a las personas, y que en algún momento le puede venir bien un cable a tierra de este estilo.
Porque pasados esos 60 minutos de locura, cuando ya te sacaste todo de adentro, las manos te quedaron temblando y el cerebro te tira cortes de adrenalina, se viene la «Relax room», una sala con luces ténues, música tranqui, y un sillón para volver a la realidad, pero más renovado y fresco que nunca.
Medios de todo el mundo hicieron notas sobre este «novedoso método para combatir la ira» y hasta entrevistaron a Guido, su creador, para conocer un poco más. Porque son increíbles las historias de personas comunes que salen realmente renovadas de la experiencia de The Break Club.
Ayer conocí el lugar con unos amigos, probé la experiencia y, además de quedar FASCINADO y recomendarla por todos lados (si te apurás todavía vas a encontrar fotos y videos en mi cuenta de Snapchat), pude chequear que Guido Dodero, el fundador de The Break Club es un tipo tan copado como su creación.
Y charlando un rato con él, conocimos casos de personas que llevaron a la «habitación de romper» a su mayor fobia (150 globos para explotar para vencer una «Globofobia», ponele), gente que llevó fotos de algún ex, una señora de 73 años que se vino desde La Plata y pasó 40 minutos rompiendo cosas con un bate, mucha gente que va en pareja (la semana de San Valentín es una de las más pedidas), muchas primeras citas (anotá: la relax room en la que termina todo, a la luz de las velas, es IDEAL para chapar a lo bestia), empresas que mandan a sus empleados a romper cosas, despedidas de solteros, mucho regalo sorpresa por cumpleaños, y demás.
Después de imaginar que esto era exclusivamente para rugbiers, guerreros, gladiadores o machos cabríos, nos llevamos la sorpresa de que más o menos un 75% de la clientela de The Break Club son mujeres, que hubo hasta niños de 4 años rompiendo cosas en la sala, y nos emocionamos con casos de personas que hasta salieron llorando de emoción, riendo de alegría por haber podido soltar algo, o hasta necesitando un abrazo para terminar de cerrar algún ciclo.
Es difícil contar en palabras una experiencia tan genial, tan shockeante, y tan diferente de lo que uno se imagina que es antes de entrar. No es exagerado decir que salís renovado, reseteado, cambiado, reanimado. Sirve muchísimo para dejar atrás broncas, tristezas, o asuntos que están pendientes en la cabeza. También para divertirse con amigos o en pareja. O para encontrarse con algunos sentimientos que uno tiene guardados bien adentro. Y sobre todo para reemplazar aunque sea por unos meses al psicólogo de siempre. 😛
En el libro de visitas que se puede leer en la entrada hay gente diciendo que «The Break Club es un Disney para grandes«, está la firma de Ethel, la señora de 73 años de La Plata, y más firmas de turistas. Hay puteadas a Macri, a Pasarella, a Funes Mori, o a gente desconocida para el resto de nosotros, hay gente diciendo que es una «experiencia orgásmica«, parejas recomendándolo para citas, primeras citas, o hasta para después de cortar (juntos, rarísimo). No hay ni un sólo comentario negativo, ni una queja para The Break Club. Y eso es en parte porque la experiencia es realmente espectacular y en parte porque la atención en el lugar es perfecta.
Toda la «mercadería» para romper viene de acuerdos con empresas que reciclan sus productos y donaciones, y la idea no es fomentar la violencia, sino justamente que cada uno pueda canalizar la tensión que podría terminar en violencia, en algo que no lastime a nadie y sea productivo para uno mismo.
Las fotos y video que hicimos con los chicos tratan de mostrar un poco lo que vivimos nosotros, pero cada experiencia es super única. Podés ir a divertirte y sin ningún asunto puntual (como nosotros) o podés ir directamente con algo fijo en la cabeza que necesites descargar en algún lugar. En ese caso, no imagino plata mejor invertida que ésta. 😛
Si querés probar lo que se siente en tus propias manos, podés hacer una reserva en The Break Club por teléfono o whatsapp (al +5491168714584) o email ([email protected]). Y si te atiende Guido, mandale un abrazo grandísimo de mi parte. Desde nuestra parte al menos, queda TOTALMENTE recomendado.
Que ganas de romper todo.
Pato, no sabés lo que es. NO SABES LO QUE ES.
Primero que largás todo adentro, y segundo que salís listo para el mejor baño de sales relajantes de tu vida. Vos tenés que ir, te digo en serio.