Hay veces en las que uno fue tan criticado, ninguneado, o hasta burlado, que un triunfo se disfruta doble. Te hace sentir mejor con vos mismo, te muestra a vos y al mundo que vos podías. Te da felicidad y libera tensiones.

Nos pasa a los mejores. Le pasó a Maradona hace sólo unos meses, que le dedicó aquella frase eterna «a los que no creyeron«. A los que, cuando había que tomar un bando, tomaron el contrario y se mofaron. Y le pasó a mi amiga Romina:

Esto es casi una versión infantil del «La tenés adentro» de Maradona. Un «¡Que la sigan chupando!» apto para todo público. Una descarga de tensión de parte de la ganadora.

La cuestión, sintetizando, es que una nena uruguaya llamada Romina gana un concurso en TV y dedica su triunfo a dos personajes particulares.

Por un lado Dylan (el Toti Pasman de la cuestión), un compañero del colegio que se burló de ella por asustarse de una cucaracha. Por el otro, el polémico dinosaurio Barney, porque «me mintió por años, diciendo que él era real, y era un farsante«. ¡Eso! ¡Abajo el imperialismo yanqui! (?).

Pero quiero detenerme en el «¡Miráaa! ¡Mirá de quién te burlaste vooos!» y el «¡Mirá a quién engañaste, Barney!«, que considero dos joyitas de lujo de un video que es una gran joya de la galería permanente de YouTube.

Mis aplausos para Romina, y mi agradecimiento para FLOR que me lo pasó. Si es un video muy visto (se lo mostré copado a mi hermana y ya lo conocía), espero que sepan disculparnos a los tres (a Flor, a mi, y a la nena).