La gente está loca. Hoy cualquier nabo como quien les habla se hace de una especie de acosador cibernético sin haber hecho nada útil para merecerlo. 😛

La cuestión es que desde 2007 hay un usuario en Taringa! con mi mismo nombre y apellido (convengamos que «Milton Vieyra» no es un «Juan Lopez»), una fecha de nacimiento muy cercana a la mía, sin foto de perfil, y demás. Mirá:

Nota: Lo de «Sos el más tonto?» venía así. No lo agregué yo. 😛

Hasta ahí no había drama porque podía ser casualidad, pero el problema se da cuando hace 2 días sube a Taringa! el post de mi viaje a Nueva York (el viaje que hice y publiqué en el blog de viajes a principio de año).

Pegó el post, le sacó los links al blog, cambió algunas cositas, agregó comentarios (todos muy gomas, por cierto), pegó mis fotos y videos de mi familia, respondió comentarios en mi nombre, y contó el viaje entero como si fuera yo. Firmandolo con mi nombre y apellido, y todo.

Yo me enteré hace un rato gracias a un tweet de Martín que me pasó el link. Lo comentamos en Twitter y en unos minutos desapareció gracias a la ayuda de la gente que denunció y la buena onda de Matias Botbol (Director de Desarrollo de Taringa!).

El link del post trucho era éste. Dejo capturas en imágenes a lo largo del post. Estuvo «suspendido por acumulación de denuncias» y ahora eliminado del todo, como el usuario que lo había escrito.

Es un robo de identidad en internet. No se muere nadie, ni pasa nada grave. El pibe (¿/a?) era inofensivo y no tengo idea cuál era su objetivo más allá de sumar puntos en el foro.

Lógicamente no está muy bueno que otro se haga pasar por mi, ponga palabras en mi boca que no dije, y haga a su antojo con fotos familiares y personales (que no estaban en el post y sacó de Flickr) inventandoles historias, o cosas de fondo.

Nota: acá se avivó que en Flickr tenía más fotos. 😛

Yo publico mis fotos y videos en Facebook, Flickr, YouTube y mis blogs, pero lo hago YO, en donde y como yo quiero, con mi consentimiento y sumando a mi experiencia personal. Me hago cargo yo de lo que digo y pienso, cómo y en dónde lo hago. De ésta manera deja de ser así.

Al márgen del tema, buscandole el lado positivo/gracioso, hubo:

  • Un par tirándole onda a mi hermana.
  • Uno diciendo que no le gustaron mis fotos.
  • Otros varios diciendo que están buenísimas.
  • Unas 5000 visitas en el post en esos 2 días.
  • Muchísimos votos.
  • Mucha buena onda en los 120 comentarios que había (el público de Taringa! suele ser bastante crítico, así que imagino que es un logro eso).

No me cabe crucificar a Taringa! ni a Internet por cosas como ésta, nada que ver. Lo comento en el blog como algo que me pasó y que me llamó la atención. No me gustó, pero no es la muerte de nadie ni mucho menos.

Fabio hizo un análisis un toque más profundo sobre el tema, que recomiendo leer («El robo de identidad para ser alguien«), con la facilidad de palabra que lo caracteriza y con muy buenos comentarios sobre éste blog (todos bien recibidos, ninguno merecido, como siempre 😛 ).

Queda como otra anécdota que arranca a partir del blog. Si alguno la quiere usar como anécdota propia, no hay drama, lo único que pido es que no diga que se llama Milton Vieyra. 😛