«Para la mayoría de las cosas importantes, el momento siempre es pésimo. Las estrellas nunca se alinearán y los semáforos de la vida nunca se pondrán todos verdes al mismo tiempo. El universo no conspira contra ti, pero tampoco se volverá loco para apartarte los obstáculos del camino. Las condiciones nunca serán las ideales. «Algún día» es una enfermedad que hará que te lleves tus sueños a la tumba.»

Timothy Ferriss en «La semana laboral de 4 horas«.

Mi abuelo cuando yo era chico manejaba los kioskos de un colegio. Yo (además de cada tanto manotear algunas golosinas) solía ayudarlo y observarlo en cada cosa que hacía. Así fue que a los 7 años me enseñó sin darse cuenta una de las grandes lecciones (y de las tantas que me enseñó mi abuelo Luis) de la vida:

Postergando y hablando de «mañana», nos olvidamos que, si no lo cambiamos por un «hoy», el «mañana» siempre es mañana.

¿Y cómo hizo un abuelo con un kiosko para explicarle eso a un pequeño (pero poderoso) borreguito de 7 años?. Fácil:

Como los nenes siempre le pedían fiado y nunca nadie iba a pagarle, un día decidió poner un simple y simpático cartelito que decía «Mañana se fía, hoy no«.

El primer día todos captaron la idea y se quedaron con hambre, y al segundo día ninguno de los «pequeños fiados que deberían ser perseguidos por la AFIP» llevó plata.

Pero al llegar ese día y ver de nuevo que «Mañana se fía, hoy no», además de quedarse con hambre otra vez, entendieron el punto de la cuestión: «Mañana» para siempre iba a ser «mañana».

  • «Algún día voy a viajar a tal lugar»
  • «Algún día voy a tener un trabajo que me gusta»
  • «Algún día voy a arrancar el gimnasio»
  • «Algún día voy a organizarme mejor»
  • «Algún día voy a poner a mi familia antes que al trabajo»
  • «Algún día voy a cambiar el diseño del blog» (¡touché!)
  • «Algún día voy a aprender a tocar la guitarra»
  • «Algún día voy a tener tiempo»
  • «Algún día voy a largar todo y ponerme un bar en la playa»
  • «Algún día voy a… (inserte motivo aquí)»
  • «Algún día voy a»… ¿vivir?

Nos pasamos la vida pensando lo que «algún día» vamos a hacer y no nos damos cuenta que si en el cartel no cambiamos el «Algún día» por un «Manos a la obra», las cosas no se van a hacer o pasar sólas.

Soñemos, planeemos, pero seamos «soñadores responsables». Si uno adopta un perro para matarlo de hambre y abandonarlo, hubiera sido mejor no adoptarlo. Y con los sueños pasa lo mismo.

Propongo cambiar el «Algún día» por un «Manos a la obra:» en las frases anteriores, y cambiar el cartelito de mi abuelo por un:

«Mañana se posterga. Hoy no.»