A todas las personas con el ego moderado (ni por las nubes ni por la astenosfera) nos pasa cada tanto que nos despertamos con la autoestima un poco por debajo de lo normal ("bajón", va).

Justo hoy no te creés ni tan vivo, viva, inteligente, groso, lindo, linda, flaco, flaca, etc., como los demás días. Es bueno aclarar que si eso te pasa muy seguido, tenés que revisar un par de cositas, porque no es que te despertaste bajón, sino que vivis bajón y cada tanto te despertás común. Ese sería un problema al margen de lo que digo. Pero volvamos al tema.

Las mujeres en un montón de cosas hacen más sacrificios que los hombres, y eso lo tengo claro. Un ejemplo claro es sobrevivir cada mes a esa situación tan complicada (sobre todo para aquellas que sufren más ese tipo de cosas). Pero si en algo la sacaron barato es en éste área del tema de la autoestima (éste área nomás). 

Ellas si se despertaron bajón, se calzan una pollera, un escote (ni siquiera tiene que ser demasiado provocativa la ropa) y maquillaje y les cuesta dos cuadras levantar la autoestima que habían dejado en la almohada la noche anterior.

En cambio los hombres lo tenemos más jodido. Primero porque eso de que todos los días te tiren por lo menos un "piropo", salvo que seas MUY fachero, no pasa. Y si sos fachero a ese nivel, medio que no necesitas ese piropo, te resbala.

Y segundo porque no hay equivalente masculino a "la pollerita y el escote". Por lo menos no hay equivalente que tenga la misma efectividad (100% garantizada). Y si hay me lo dicen porque no lo encontré todavía.

Pero bueno, ya estoy notando que desarrollé el asunto al punto que parece que tuviera un trauma con eso, pero tranqui que nada que ver. Me creo lo suficientemente fachero como para no preocuparme por el asunto. Y esa creencia sería la misma así fuera Brad Pitt o un trapo de piso. 

Pero redondeando para no darle al asunto más importancia de la que creo que tiene, a lo que voy entonces es:

Señorita, ya que usted lo tiene tan fácil, hágale un bien a su novio (si lo tiene, sino a un amigo): Levántele la autoestima! ¡Con un comentario buena onda aunque sea! A usted le sale gratis, y a él (por más que no se lo diga) por ahí le alegra el día!